El regreso del halo dorado
1.Ella no puede sino vivir en las sombras. De piel pálida y suave como una rosa lleva sangre lunar en sus venas y su fragilidad es engañosa.
2.De noche es ágil y esquiva. Cervatilla, la pieza más deseada, huidiza de Diosa encarnada, tendrás suerte si la acaricia tu mirada.
3.Pero un día de buena mañana se vio entre rayos apresada. El astro sol en un hombre encarnado la ansió en una sola mirada.
4.Apresada, forzada, arrodillada y golpeada, su luz la paralizaba y la maravillaba y su fortaleza le entregaba abandonada.
5.Ella que siempre había guardado para si su inocencia y su vergüenza tres su mirada sepultada... ahora se desconocía por completo.
6.Pero en su pecho la respiración desbordaba crecía y arrasaba imparable con sus dudas, con sus miedos, con su inocencia.
7.Y en el climax de aquellas sensaciones, con ojos vidriosos y labios maduros, cuando creía que iba a romperse se sintió liberada.
8.La rompieron como una ola en el punto más álgido hasta que su cuerpo y mente se dejó bañar pr los dorados rayos del sol en un mar en calma
9. Sin humillación, marcada e impregnada del sol, blanca e intacta su piel que había ardido sin quemarse con su dorada marca resplandecía.
10.Y esta es la historia de los hijos de la luna y el sol.
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