Imágenes al azar.

martes, 5 de julio de 2011

Historias de Saba #001 - Ruptura de los sueños, comienzo de la realidad.


Me ha costado enormemente dar el paso, ha sido un paso de gigante, ha sido buscar un valor que desconocía en mi mismo, ha sido entrar en un terreno de arenas movedizas, dejar atrás un terreno quebradizo pero estable que se descomponía poco a poco. Ahora todo es un torbellino de emociones y sentimientos que amenaza con partirme en dos, la inseguridad es abrumadora y desesperanzada, pero de alguna manera levantando las manos al cielo implorando ayuda a unos dioses que no se si están ahí, mi tabla de salvación se ha convertido en la cara de mis amigos, en las palabras de esas personas que me siguen en silencio atentas, que expresan sus opiniones de formas cortantes y dolientes para los ciegos ojos de la fe rota hace tiempo, de mi familia que me dio mi vida, me vistió, me educó y cuando ya estuve listo para empezar a andar mi propio camino se quedaron en la puerta y me despidieron a la mano con una sonrisa tensa en los labios y el corazón encogido, y comencé a vivir mi propia vida, a tomar mis propias decisiones, y me he equivocado, y me he chocado mucho por el camino, y tanto unos como otros han tenido palabras duras y buenas en momentos amargos y momentos bonitos, pero lo que se es que siguen aquí, como el primer día que les conocí, y eso me hace sonreír, y de repente noto que la liana se enrosca en mis brazos y me hace subir y posar los pies en un suelo de tierra mas solido.

Comienzo a dar mis propios pasos, unas partes del terreno ceden y otras se mantienen solidas a mis pisadas, pero siento esas presencia constante no muy lejos, y también por mis propios pasos siento como el terreno cada vez es menos dificultoso, ya no ando encorvada, me yergo poco a poco y veo que en las orillas de esos bancales de arena hay una vegetación pertinaz, verde y llena de una vida tan cabezota como la persona que ha tenido la inconsciencia de andar tal camino en vez de rodearlo. Pero eso no hace sino que valore mucho mas la belleza de las cosas que le acompañaban y las que le esperaban al otro lado de su difícil viaje. Y al ascender la dura colina de tierra compacta y roja como la sangre de unas heridas que ya cesaron de manar, descubro ante mi una ciudad en un basto oasis en ese desierto, bienvenidos a Saba, la ciudad donde los sueños y las posibilidades dejan de ser aspiraciones, y se convierten en realidad.


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