Imágenes al azar.

domingo, 19 de febrero de 2012

Mascarada 2ª Parte.


Sus manos son irresistibles, me llevan como quieren, hacen de mi una perra jadeante y deseosa de más. Sus dedos recorren mi cuerpo reconociendo cada rincón, cada lugar oculto, estimulándolo con destreza, aumentando mi necesidad y mi deseo húmedo y palpitante. ¿Como he llegado aquí? Ni siquiera lo recuerdo... pero la verdad es que no me importa, tan solo quiero abandonarme al placer que me da, necesito que me lleve a la cumbre de esta ansiedad, sentirme caer en picado en un orgasmo tras otro, sin que esta noche termino... ¡Te lo ruego... hazme tuya!

El sonrió y tomándola del cuello alzó su boca roja entreabierta y busco su mirada tras sus párpados caídos por el deseo y la indefensión. Era un hombre serio, firme y de pocas palabras, sin embargo era capaz de darle justo lo que necesitaba como si fuera capaz de leer sus pensamientos. ella se dejaba hacer temblorosa y excitada. El miedo inicial de saberse cautiva de un hombre en mitad de ningún lugar no era rival para su coñito húmedo y palpitante deseoso de sentir las caricias de aquel Amo Dominante impasible y caprichoso.

20 eternos minutos desde que la atara a aquella silla la tuvo ciega, muda, desubicada y sobre todo excitada, pues amordazada y de ojos vendados como la tenía fue incapaz de dejar de sentirse cachonda buscando con sus limitados movimiento el más leve roce de sus cálidas manos.  Un gemido mezcla de placer y frustración se abrió paso por sus labios y como si respondiera a sus plegarias los labios de ambos se encontraron en un beso húmedo profundo y apresurado.

Era un autentico experto en torturar sus sentidos, su piel erizada y recorrida por oleadas de excitación recibía cada caricia como si fuera un regalo divino. Sintió sus dedos acariciando su coño y se abandonó a gemir como una perra en celo olvidando por completo sus miedos y frustraciones, regalándole su sumisión de buena gana, amando cada gesto de aquel desconocido como si nunca hubiera amado antes.

Repentinamente y a merced de un tiempo absurdo y relativo pasó de estar inmovilizada a estar desatada, completamente sometida a su anhelo de sentir algo más, y su necesidad no fue desoída... La polla de su nuevo e inesperado Amo la llenó y ajenas a su voluntad como ayudándole, las piernas de ella se cerraron en torno a su fuerte cintura para hacer más profundas sus embestidas.

Hasta que sin remedio y entre los gemidos de ambos el orgasmo mezcló sus sexos en un summun de placer, en el que casi llorosa se abrazó a su cuello musitando un desesperado gemido  -Soy tuya!!! para siempre...


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