Imágenes al azar.

sábado, 2 de agosto de 2014

En estado de gracia



Muy buenas mis silentes lectores. Aún no me queda claro que queréis que os escriba, por lo que sigo escribiendo cuando y lo que me apetece. Hoy os traigo una reflexión sobre un tema que probablemente conozcáis ya pero que no deja de fascinarme.

El título de esta entrada hace referencia al estado de gracia que Amo y sumisa pueden llegar a alcanzar durante sus sesiones. ¿Nunca os habéis sentido como en la cresta de una ola como dominantes o sumisas en una sesión? Pues se trata de vuestro cerebro agitando una coctelera gigante y sirviendo un baño de estimulantes en vuestro cuerpo.  Está estudiado que es una cuestión neuroquímica y es que todo está en el cerebro. Durante una sesión donde se rebasan límites importantes en el sentir de ambas partes en cuanto a dolor y excitación, nuestro cerebro llega a liberar una autentica tormenta de sustancias químicas naturales en nuestro cuerpo, os hablo de las endorfinas, la adrenalina, la serotonina y otras hierbas similares. 

Esto puede llegar a causar que ellas/ellos se hagan más resistentes e insensibles a las practicas a las que se vean sometid@s y Ellos/Ellas alcancen sensaciones de poder descritas como si los sentidos de concentración y las acciones se afilaran como una lanza resultando en que la escena alcance unas cotas de intensidad no experimentadas con anterioridad. Se habla de ello como la sensación que produce un chute de morfina con la diferencia de que se trata de una respuesta natural del propio cuerpo ante la urgencia que producen la intensidad del dolor y la excitación.

Yo personalmente creo que en varias ocasiones a lo largo de mis experiencias de Dominación he llegado a sentir esta metafórica ebriedad de poder. Sin lugar a dudas es algo que tiene que ver con lo psicológico, con la complicidad y la afinidad que se tiene entre ambos compañeros en la escena. Y es que no se trata de un tema para tratar a la ligera, nuestr@s sumis@s nos ceden un poder inimaginable que aumenta cuando el masoquismo y el sadismo se halla en el tablero.

No obstante existen contraindicaciones al alcanzar esta experiencia de fervor compartido. Imaginaos que la sesión es la subida de una montaña rusa altísima, que a través de la experiencia cada vez más intensa vais trazando picos hasta llegar a lo más alto. ¿Qué es lo que espera arriba? Espera una inevitable caída en picado para ambos que solo puede verse subsanada con la comprensión mutua y con un indudable aftercare que atienda no solo físicamente sino psicológicamente a ambos.

La caída en picado de la parte sumisa puede derivar en un estado de depresión, ansiedad o shock intensos que puede aparecer horas o incluso días después, como si la mente desconectara del cuerpo primero para hacértelo sentir de golpe más tarde. En cuanto a la parte Dominante estos pueden llegar a experimentar un sentimiento de culpabilidad y autoflagelación importante al ser conscientes una vez fuera de la escena de las consecuencias de sus practicas sobre su pareja.

Yo que me declaro fan y fiel seguidor del BDSM consentimiento(s) no pongo en duda que debe ser una experiencia increíble, el pegamento mágico para consolidar una relación de D/s por lo que me han descrito. Tengo muchísimas ganas de vivirlo con mi actual pareja de juegos y se que está en ambos el poder superar los límites necesarios para llegar a este estado de gracia y luego recuperarnos mutuamente de la inevitable caída.

Agradezco mucho los consejos de algunos de mis tuiteros favoritos. Espero que este post os haya servido para motivaros una nueva búsqueda. Seguiré esperando vuestros comentarios y peticiones, me encantará responderos.


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