El protocolo, ese gran desconocido para los iniciáticos, y para mi personalmente un mundo de rituales y formalismos atractivo y seductor. ¿Que hay más agradable que reafirmarse en los roles mediante el uso de palabras tan bonitas como son Caballero, Señor, Señora y perrita, gatita, y demás apelativos para Doms y sumis respectivamente? Todo esto en cuanto al trato que se da en las relaciones sociales o personales, pero más allá, un conjunto de factores a tener en cuenta, las miradas, el volumen de la voz, las posturas... detalles que de tan insignificantes que puedan parecer, terminan teniendo una repercusión en todo el ser de cada persona, esa vibración de placer casi audible en un ronroneo cuando eres tratado conforme a tu rol.
Sin embargo hay gente que lo lleva mas o menos a rajatabla, esto no es a mi parecer ni bueno ni malo, ni siquiera es una obligación, son elecciones que desde mi punto de vista se hacen de manera personal ante los individuos que nos vamos encontrando. El respeto al margen del protocolo, se logra con un trato amable y sincero, y siempre será la carta de presentación de cada uno allá donde vaya.
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