Imágenes al azar.

jueves, 26 de mayo de 2011

De como me acoste y se levantó Dom Juan.


Esto es sobre todo un regalo para ellas, un recordatorio de aquello a lo que debéis aspirar, vosotras que sois trozos de cielo que vienen a nuestro mundo como paraíso terrenal encarnado. Os sonará pretencioso, os parecerá una broma, pero no es ni más ni menos que mi particular visión del mundo y del mayor de sus placeres.

Soy una personalidad más dentro de mi Dueño, una manifestación de sus deseos y sus anhelos, y así como ciertas personas se contentan con destacar en otros campos en su vida como el trabajo, la música o la literatura, yo quise venir a este mundo para destacar amando. 

Sois arte, sois un universo infinito repleto de galaxias, destellantes, lejanas, ardientes o frías, tililantes y siempre siempre hermosas. Sentaos, tomad vuestro café y escuchad esta preciosa canción, cread ambiente para sentir estas letras escritas con el corazón, disfrutad mi sueño.

Mi nombre es Don Juan de Marco, nací un 18 de Enero del año 1989 en la preciosa ciudad de Sevilla, nací también 100 años antes y naceré 100 años después, porque yo soy la esencia oculta de un hombre con ansias de amar realmente a una mujer. El invierno de mi nacimiento se prolongó durante largos años, aletargado y dormido en el cuerpo de uno de mis tantos Dueños, titubeaba cegado y sepultado por el egoísmo sin hacerme oír, llegaban las primeras mujeres a su vida y el amor se hacía apresurado y egoísta, se sentía incompleto y me hacía llorar y gritar para no ser escuchado.

Pero quien sabe como o porqué, los tropiezos que tanto desalentaban como también ayudaban a conformar las necesidades y anhelos de mi Dueño, fueron haciéndolo tomar la iniciativa de distintas maneras, en un proceso lento  y torpe como los pasos de un niño recién nacido. No fue hasta 6 años después de su quinceavo cumpleaños que no abrí los ojos desatado de todo egoísmo y barrera que me permitiera ser en él para iluminar e inundar su camino de luces y colores tan vividos como apasionados.

La seducción... que juego tan sublime y complejo, tan divertido cuando da sus frutos. Me explicaré:

Una noche cualquiera en algún pub con tanta música como gente, cobró forma en el descaro. 

Apoyado sobre la pared terminando la ultima canción de la noche, su mirada se vino a cruzar con la de aquella mujer. Tras sopesarlo unos instantes se aproximó a ella.

-¿Me invitas a una copa? -dijo Él a una desconocida que lo miró alzando una ceja incrédula.

Ella se rió y accedió, la copa y la conversación casi inaudible por el volumen de la música creaban una conexión más silenciosa que participativa por su parte. Comprendió que tenía que dejar que las miradas hablaran, que la música hiciera fluir sus cuerpos, que los roces despertaran los instintos. Y no mucho rato después los instintos se encarnaron piel con piel, labios con labios y respiración con respiración.

Hay mil formas y maneras, tantas como mujeres existen en este mundo, si descubres la tecla adecuada que pulsar, esa nota inicia el principio de una sinfonía más compleja y llena de posibilidades de lo que uno pueda imaginar.

Cuando la seducción da sus frutos y el deseo se enciende, las miradas y las palabras ya no  bastan, se sustituyen por una anhelante y casi destructiva necesidad de sentir físicamente. Pero amig@... llega la madre de todas las cuestiones, ¿como amas realmente a una mujer? Esta es mi experiencia:

Las mujeres de piel firme y aceitunada, necesitan sentirse sujetas con firmeza, acariciadas como si desearas fundirte en su piel, apasionadamente sujetas con fuego en tus dedos para prender su ser erizándolas con ansia de más.

Aquellas que tienen la piel suave y pálida, cuentan incontables lunares, suelen ser tímidas y  necesitan sentirse recogidas en tus brazos con delicadeza, para acariciadas e ir despertando su deseo lenta y constantemente, como la baja marejada erosionando lentamente en una playa de fina arena.

Existe una curva entre el cuello y el hombro, un glorioso regalo para los besos y los suaves bocados, para acariciarlos a su espalda dejando sentir tú virilidad, y alimentando la excitación de ambos anticipando el inicio del frenesí. 

Los pechos son un mundo dentro de un mundo, cuando son pequeños y suaves, la delicadeza de los labios y la lengua al recorrerlos despiertan pequeños y tímidos gemidos que son música para los oídos, y los dientes solo pueden tomarlos imperceptiblemente para no cerrar la flor que se abre ante tus actos.

Cuando los pechos son generosos, la firmeza y la delicadeza son proporciones dificilmente mensurables, en el tacto no habrá confusión, la firmeza dejará al descubierto el quid de la cuestión. Los pezones serán indicativos, pequeños y suaves requerirán delicadeza y suave firmeza para los dientes y los pezones henchidos y oscurecidos de pasión requerirán menos sutilezas.

Las piernas, los brazos la espalda, en referencia al color de su piel no deben quedar ausentes de caricias y besos, despertando todo el cuerpo para el lugar más intimo y hermoso de todos, su sexo.

Y que decir del sexo de una mujer... tímidos labios cerrados, tímidos como su dueña, entreabiertos y anhelantes como la boca de besos y caricias, ofrecidos y en todo su esplendor para derrochar pasión e iniciativa siguiendo sus caderas en una danza constante.

Como un sueño, atrapar todos los detalles, afirmar todas las necesidades, una aventura onírica e inexplicable, regalar orgasmos a placer solo por ver sus labios pidiendo en silencio más y más, sus mejillas encendidas, su piel perlada de sudor y su sexo húmedo de lujuria y deseo.

Siempre mirando sus ojos, perdiéndote en ellos como si no tuvieras más remedio que abandonarte a ella, atestiguando tu  devoción a ese templo que es su hermoso cuerpo de mujer, sonriendo y gozando cada momento, cada caricia, cada temblor, acomodando tu cuerpo al suyo como notas de esta sinfonía entrelazadas; Larghissimo, Largo, Lento moderato, Lento, Grave, Larghetto, Adagio, Adagietto, Tranquillo, Tranquillamente, Andante, Andante moderato, Andantino, Moderato espressivo, Moderato, Allegretto grazioso, Allegretto, Allegro moderato, Allegro, Vivace, Vivo, Allegrissimo, Presto, Vivacissimo, Vivacissimamente, Prestissimo. No me dejo ninguno.

¡Qué importa el tiempo y que importantísimo el tempo!! Y con la ultima nota se acalla la melodía, se acompasan las respiraciones, se entrelazan los cuerpo, es un deber acariciarlas, es un honor rescatarlas de la tormenta, aplacarlas hasta que la paz se dibuja con una sonrisa en sus labios y poco a poco se abandonan al dulce sueño. No merecéis ni más ni menos que todo lo mejor, y lo mejor siempre será poco para vosotras. Y quien diga que el amor es transitorio es porque se cansó de reinventarlo y jugar a disfrutarlo.

Mi nombre es Don Juan de Marco, quizás pueda pareceros un loco y un estúpido engreído, más la locura no es sino feliz y entregada forma de experimentar la vida, y cuanto quisiera vivir la vida por amor al arte, entregado a un sueño para amarte.

1 comentario:

  1. Hermosas palabras que regalan uno y otro día a mis ojos al leerlas. Como ya comente días atrás...Gracias por esas palabras

    ResponderEliminar