Haters gonna hate.

"Un año más, la delegación de la Mujer del Ayuntamiento de Sevilla ha convocado un concurso para que la concienciación en nuestra sociedad parta de las voces más jóvenes. Creo firmemente que sin la coeducación, sin un esfuerzo constante para que la juventud sevillana sea consciente de la lacra que supone la violencia hacia las mujeres, no modificaremos un patrón en las relaciones de sexo marcado por la desigualdad y el oprobio.

La respuesta obtenida por los institutos muestra la eficacia de las políticas y de las acciones que se están llevando a cabo desde nuestra delegación. Muchos son los centros que han participado con imágenes y palabras que desvelan la implicación a favor de erradicar cualquier manifestación de violencia hacia las mujeres.

Los centros educativos son lugares privilegiados para educar en igualdad. Como ha señalado esta semana la Fiscal de la Sala de Violencia contra la Mujer, Soledad Cazorla, ”la batalla contra esta violencia es una carrera de fondo social en la que los poderes públicos tienen responsabilidades, pero también la tiene la sociedad”.

Por ello venimos desarrollando un programa completo de Coeducación y prevención de la violencia en la que ha participado el profesorado, las familias, y un alumnado cada vez más atento a los prejuicios y estereotipos sexistas, al reconocimiento de las vejaciones que incluyen desprecios, insultos y ataques directos a las mujeres. Aprender a resolver los conflictos supone reconocer las emociones, apostar por el respeto y la igualdad. Una apuesta que se refleja en las ilustraciones presentadas y en los eslogans que, en ambos casos, ponen de relieve el rechazo hacia situaciones antes silenciadas.

La ilustración ganadora, del instituto Diamantino García Acosta, 4º A y B, es una imagen dura pero real de ese silencio. Una mujer joven, atada con una correa, con los ojos vendados y una cremallera en la boca. La agresión y las consecuencias de la misma quedan expresamente rechazadas al emplear útiles de sujeción cercanas a nuestra vida cotidiana. La correa es el modo con el que controlamos a los animales. La cremallera expresa el silencio al que se las somete. Pero se puede romper, abrir, si las mujeres víctimas de esta violencia callada denuncian. La venda no les permite ver la realidad porque el agresor se ha encargado de cegarlas. Estas analogías van más allá de la clasificación para rechazar el trato brutal de los hombres que atan, silencian e impiden a las mujeres vivir una vida en libertad.

El eslogan ganador, correspondiente a 2º de bachillerato del Instituto Santa Aurelia, incide en la misma idea de forma especialmente eficaz. Con la frase: te amo no es igual a tu amo, combinan la brevedad del mensaje escrito con la fuerza de su contenido.

Amar no es, ni puede ser, adoptar una posición de dominación frente al ser amado. No podemos consentir que algunos hombres decidan, en su papel de amo de su pareja, cuándo y cómo debe morir, especialmente porque estas agresiones límites son cada vez más el resultado de una vida en el miedo y en el silencio.

Unas vidas que el 25 de noviembre serán recordadas en todo el mundo porque el número de mujeres víctimas de la violencia no decrece.

Para muchas mujeres resulta imposible denunciar a sus agresores, pero sin estas denuncias las respuestas institucionales no pueden efectuarse. De ahí la importancia que tiene que las mujeres denuncien y rompan su silencio, porque deben atreverse a luchar contra el miedo que sienten. Queremos repetir el mensaje que tan acertadamente ha propuesto el alumnado de uno de nuestros institutos: amar no es mantener un amo, ni protegerlo. Amar es, sobre todo, un acto individual hacia sí mismas y las mujeres deben ser conscientes que sólo así lograrán un amor en igualdad. Esa es la clave, para que los recursos que las distintas administraciones ponen al servicio de la ciudadanía sean eficaces. Ellas, las que sufren, y el entorno que las rodea deben luchar frente a la violencia.
Estamos apostando por el futuro pero también por concienciar nuestro presente: un presente para amar en libertad, para amar sin amo y sin límites, en defensa de la vida y la igualdad"

Y yo me pregunto... ¿se puede discriminar más gratuitamente algo que no se conoce?

Lamentable que existan personas que maltraten psicológica y físicamente o incluso maten a sus parejas. Pero por el amor de Dios, que no metan en el saco a un colectivo donde el que forma parte de él con sensatez se acoge a unas siglas sagradas SSC (Sano, Seguro y sobre todo que parece ser lo que nunca entenderán Concensuado). Debieran haber escogido otros iconos y eslogan.